Poco se dice sobre cómo ocurre el aprendizaje post-fracaso, cómo se comparte y cómo se convierte en algo positivo.
Cuando piensas en Slack, los videojuegos no suelen venir a la mente... en absoluto. Pero la verdad es que, antes de atormentar a millones de trabajadores en todo el mundo, los fundadores de Slack querían desarrollar un videojuego llamado Glitch.
Como puedes imaginar, su primer proyecto fracasó. Pero, en el proceso, los desarrolladores se dieron cuenta de lo difícil que era comunicarse con sus colegas. Entonces, desarrollaron una herramienta de mensajería interna, y el resto es historia.
Este es un gran ejemplo de cómo, a menudo, los proyectos fallidos esconden grandes oportunidades y lecciones.
Es común escuchar que podemos aprender mucho del fracaso, pero se dice poco sobre cómo ocurre ese aprendizaje, cómo se comparte y cómo se convierte en algo positivo.
En este artículo, vamos a compartir un proceso y algunas prácticas recomendadas que utilizamos cuando llevamos Fuckup Nights a empresas de todo el mundo.
Cuando hablamos de “Lecciones aprendidas" nos referimos a los conocimientos obtenidos a partir de experiencias pasadas y fracasos.
No es ningún secreto que documentar y compartir estas lecciones ayuda a los equipos de trabajo a evitar repetir errores, optimizar procesos y mejorar la toma de decisiones. También fomenta la mejora continua y la innovación a largo plazo mediante una transferencia eficiente de conocimientos entre los empleados.
Sin embargo, a pesar de lo evidente de sus beneficios, al saltar de la teoría a la práctica, nos encontramos con una falta de procesos para documentar los aprendizajes.
Según nuestro Failure Survey hecho en 2023, sólo el 35.58% de empleados suele comunicar y reportar lecciones aprendidas relacionadas al fracaso.
¿Por qué?
Cuando se trata de compartir y socializar estos conocimientos y lecciones aprendidas, hay dos elementos clave que debe tener cualquier organización y que se complementan entre sí:
La cultura: Debe haber una creencia fundamental en ganar colectivamente. Incluso con los mejores recursos para formación y documentación, el intercambio no ocurrirá sin crear espacios que fomenten la seguridad psicológica y una mentalidad enfocada en el aprendizaje continuo.
Hablamos de un espacio de trabajo confiable y transparente donde se fomente la apertura y los miembros de un equipo se sientan seguros para hablar de sus errores sin temor a represalias. Una cultura donde el fracaso se vea como una oportunidad de aprendizaje y no un motivo de vergüenza.
Los lugares de trabajo deben abordar los errores con un sentido de responsabilidad y compromiso, centrándose en soluciones en lugar de imponer miedo a través de sanciones.
La infraestructura: Una cultura orientada a compartir las lecciones aprendidas no será eficiente sin las herramientas, los canales o los procesos adecuados para respaldarla.
En ocasiones estos aprendizajes contienen una gran cantidad de información, puntos de vista y causas que parece abrumador sintetizar y aterrizar la data en algo concreto y que sea de utilidad.
Se vuelve esencial contar con procesos fáciles de usar para documentar y compartir lecciones. Los mecanismos efectivos son simples, amigables y rápidos de utilizar. Recuerda, queremos que compartan fracasos y desafíos. Debemos hacer que sea lo más fácil y agradable posible.
Una gran herramienta para evaluar el desempeño de un equipo o proyecto una vez que terminó es el proceso AAR. Por sus siglas en inglés After Action Review, o Revisión Después de la Acción.
Es una forma de reflexionar estructuradamente sobre lo que sucedió durante la ejecución de una tarea o proyecto, lo que salió bien, lo que salió mal, y cómo se pueden mejorar los resultados en el futuro. Este proceso consta de 4 etapas:
El valor del AAR radica en su capacidad para identificar lecciones aprendidas de manera inmediata, promover una cultura de transparencia y responsabilidad, y mejorar el rendimiento de los equipos en el futuro.
Finalmente, queremos compartirte algunos tips que hemos aprendido de llevar la filosofía de Fuckup Nights a varias empresas:
El éxito no ofrece tantos impulsos importantes para la mejora. Por otro lado, los fracasos esconden la información que llevará al crecimiento de tu empresa. Esta es tu mina de oro.
¿Por qué no empezar a documentar mejor nuestros aprendizajes a partir del fracaso?
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Transformemos nuestra percepción del fracaso y utilicémoslo como catalizador del crecimiento.