Conoce los beneficios de compartir fracasos públicamente: conexiones profundas, innovación y aprendizaje constante en el camino hacia el éxito.
En un mundo donde el éxito se glorifica y el fracaso se oculta, compartir nuestros tropiezos puede parecer un acto de debilidad. Sin embargo, el efecto es precisamente lo opuesto.
La gente quiere seguir a líderes que sean humanos y que sepan aceptar cuando no saben o cuando hacen algo mal. El liderazgo jerárquico y sabelotodo va de salida. Los nuevos liderazgos morales, basados en la autenticidad y la vulnerabilidad, son los que generan el mayor impacto.
Es al mostrarse vulnerable donde reside el verdadero poder del crecimiento, tanto personal como profesional. es, basados en la autenticidad y la vulnerabilidad, son los que generan el mayor impacto. Esta actitud permite desarrollar una mentalidad de crecimiento que abre puertas al aprendizaje compartido y a la innovación.
Aquí exploramos seis beneficios inesperados de compartir fracasos públicamente que los speakers de Fuckup Nights ganan después de compartir con nuestra comunidad global:
Al compartir nuestros errores, desmantelamos el estigma que los rodea. En lugar de ver el fracaso como un signo de debilidad, comenzamos a entenderlo como una etapa natural del camino de crecimiento y como una necesidad para llegar al éxito. Todos fallamos, y reconocer esto nos libera de la presión absurda de la perfección.
Cuando normalizamos el fracaso, creamos un entorno donde el proceso de innovación puede florecer y se refuerza una mentalidad de crecimiento. Además, la comunicación abierta sobre el fracaso promueve una actitud positiva hacia los desafíos y prepara a los equipos para iniciativas futuras, basados en los aprendizajes obtenidos.
Como decimos en Fuckup Nights, nuestro movimiento está dedicado a tres tipos de personas: los que fracasaron, los que van a fracasar y los mentirosos. Para más ideas sobre cómo redefinir el fracaso, te invitamos a leer ¿Qué es el fracaso, de todos modos?.
Compartir fracasos nos conecta a un nivel más profundo. Nos recordamos mutuamente que no estamos solos en nuestras luchas. Al abrir nuestras historias, creamos empatía y una comunidad más fuerte. Esta conexión humana es fundamental porque al compartir nuestras dificultades inspiramos a otros a ser honestos sobre sus propios fracasos, promoviendo así una mentalidad de crecimiento colectiva y un aprendizaje compartido.
Además, la comunicación transparente en torno a los errores genera un ambiente en el que se discuten experiencias de proyectos fallidos para evitar repetir situaciones similares.
Mostrarnos auténticos y completos hace que podamos pasar de un ambiente transaccional donde la gente nada más quiere exprimir resultados, a uno de verdadera conexión humana basada en la confianza. Este tipo de conexión se fomenta también al compartir el fracaso, no solo los éxitos.
Estos son otros beneficios inesperados de compartir fracasos públicamente.
En el ámbito profesional, superar el miedo al fracaso se vuelve un catalizador para la creatividad. Cuando los líderes comparten sus errores sin miedo a represalias, animan a otros a asumir riesgos medidos e informados, estimulando así una mentalidad de crecimiento en todo el equipo. Un entorno donde se aceptan los fracasos es uno donde el proceso de innovación pueden prosperar, liberando el potencial de desarrollar soluciones creativas y brindando oportunidades de crecimiento para todos los miembros del equipo, mientras que se fomenta una cultura de experimentación que impulsa a los equipos a intentar cosas nuevas y aprender en el proceso.
La alternativa es la típica cultura de “así lo hemos hecho siempre”, donde los equipos se quedan en una zona de confort y las empresas mueren una muerte lenta y dolorosa. Sobre todo en el mundo actual de cambio cada vez más acelerado.
Si deseas explorar cómo el conocimiento útil puede surgir del fracaso, consulta nuestro artículo Innovación: Conocimiento útil a partir del fracaso.
Te compartimos además 3 aspectos positivos de innovar mientras fracasamos:
Si deseas saber más puedes consultar el siguiente artículo: Las 3 mejores prácticas para innovar mientras fracasas en 2023
La introspección es clave. Al compartir y analizar nuestros fracasos, aprendemos a hacer preguntas difíciles:
Este proceso no es para culpabilizarse, sino para crecer y evitar tropezar dos veces con la misma piedra.
Cada fracaso se convierte en una oportunidad para aprender y mejorar, haciéndonos más conscientes de nuestras capacidades y limitaciones, lo cual es otro de los beneficios inesperados de compartir fracasos y esencial para una mentalidad de crecimiento.
Aquellos que abrazan una mentalidad de crecimiento ven los fracasos como oportunidades de crecimiento.
En lugar de dejarnos definir por nuestros errores, los interpretamos como eventos temporales.
No somos fracasados. Vivimos un fracaso que no define nuestra identidad. El fracaso no es el límite de nuestras habilidades. Para algunos consejos sobre cómo ser más creativo al enfrentar desafíos, puedes visitar cómo ser creativo.
Esta perspectiva nos fortalece, ayudándonos a perseverar frente a los desafíos. La resiliencia se construye al aceptar que el fracaso no es el final, sino parte del viaje. Estos son algunos de los beneficios inesperados de compartir fracasos públicamente y de cultivar una sólida mentalidad de crecimiento.
Finalmente, al compartir fracasos públicamente podemos transformar lecciones en acciones concretas. Ya sea ajustando nuestras estrategias o aprendiendo nuevas habilidades, cada error nos ofrece un camino hacia el progreso. Mantener un registro de nuestros fracasos y aprendizajes no solo nos ayuda a evitar repetir errores, sino que también se convierte en un recurso valioso en nuestro crecimiento continuo.
La comunicación transparente y abierta sobre estos fracasos ayuda a cultivar una actitud positiva y fortalece la resiliencia en tiempos difíciles.
Al compartir y analizar nuestros fracasos públicamente, no sólo impulsamos nuestro crecimiento, sino que también inspiramos a otros a hacerlo. Nos convertimos en verdaderos líderes morales y promovemos una mentalidad de crecimiento en nosotros mismos y en quienes nos rodean.
En lugar de ocultar nuestras caídas, celebremos las lecciones que nos ofrecen. El fracaso no es el final del camino; es un maestro en el viaje hacia la mejor versión de nosotros mismos, de nuestros equipos y nuestras empresas.
Abramos la puerta a la vulnerabilidad y permitamos que el poder del fracaso nos guíe hacia el autoconocimiento.
En Fuckup Nights, hemos trabajado con cientos de empresas de diversos sectores, ayudándolas a transformar sus culturas organizacionales a través de la Cultura del Fracaso. Al promover un ambiente en el que se acepta y analiza el fracaso, las empresas se han vuelto más resilientes y abiertas a la innovación. Nuestra herramienta, The Failure Survey, permite evaluar cómo se percibe el fracaso dentro de los equipos y ayuda a identificar oportunidades de mejora en la cultura de trabajo. Esta metodología no solo fomenta la seguridad psicológica, sino que también potencia la comunicación abierta y el crecimiento continuo.
En el último año, el 57% de los empleados encuestados con nuestra herramienta, reconoció que sus organizaciones aún tienden a evitar riesgos en favor de decisiones seguras, limitando así la innovación. Sin embargo, 48.3% de los trabajadores perciben que ahora sus líderes son más abiertos a admitir errores, lo que contribuye significativamente a la seguridad psicológica. Además, el 46% de los empleados informó sentirse más capacitado para mantener una comunicación transparente con otros colaboradores, reflejando un cambio positivo en la gestión de las conversaciones difíciles dentro de las organizaciones. Si quieres leer nuestro reporte completo, visita este artículo.
Hoy, muchas empresas han comenzado a ver el fracaso como un componente esencial para el aprendizaje y la innovación, y han logrado reducir el miedo al error entre sus empleados. Este cambio de mentalidad permite que los equipos se sientan más seguros al compartir sus errores y lecciones, promoviendo una cultura de responsabilidad compartida y fortaleciendo los lazos dentro de la organización.
Editado por
Karla Ferreira
Transformemos nuestra percepción del fracaso y utilicémoslo como catalizador del crecimiento.