El capitalismo es la causa directa del capacitismo. Las personas con discapacidades psicosociales son discriminadas sistemáticamente
Disclaimer: Este artículo ha sido redactado utilizando un lenguaje de identidad-primero y ha sido escrito por una mujer queer racializada, neurodivergente/discapacitada, que también es madre de un niño neurodivergente/discapacitado. Las opiniones aquí expresadas pueden no reflejar las de Fuckup Inc como organización.
Abril es el Mes de la Aceptación del Autismo. Ya hemos tocado este tema antes, pero pensamos que merecía un análisis más profundo. A medida que nos esforzamos por lograr una mayor equidad en la sociedad, no podemos huirle a las conversaciones difíciles.
Mientras seguimos avanzando en la promoción de la seguridad psicológica, la diversidad y la inclusión, es crucial que también abordemos las formas en que este sistema afecta a quienes "no parecemos discapacitades".
El capitalismo, como sistema económico, gira en torno a la acumulación de recursos para obtener beneficios. Aunque ha contribuido al desarrollo del Norte Global, no es ningún secreto que este sistema también perpetúa un sinfín de injusticias sociales en todas las latitudes.
Desde sutiles microagresiones hasta flagrantes disparidades en el acceso a los recursos, el capacitismo ha sido durante mucho tiempo una fuerza insidiosa en nuestra sociedad.
Con esta entrada de blog, te invitamos a explorar el impacto del capitalismo y el capacitismo en las personas neurodivergentes.
El capacitismo es un sistema de opresión que justifica y perpetúa la opresión de las personas cuyos cuerpos y mentes tienen una configuración que no les permite producir tanto como la supuesta mayoría. Puede manifestarse de muchas maneras, como barreras físicas, prejuicios y exclusión de todos los aspectos de la sociedad. El capacitismo suele cruzarse con otros sistemas de opresión, como el racismo, el sexismo y el clasismo, lo que lo convierte en un problema complejo.
Neurodiversidad es un término acuñado en 1996 por Judy Singer, una socióloga autista. Este paradigma cuestiona la noción tradicional de "normalidad" frente a "anormalidad" en lo que se refiere a la cognición humana. El paradigma de la neurodiversidad sostiene que las diferencias neurológicas deben considerarse del mismo modo que cualquier otro tipo de diversidad, y que el perfil cognitivo único de cada individuo contribuye a la riqueza general de la experiencia humana.
Las personas neurodivergentes son aquellas cuyo cerebro funciona de forma distinta a la supuesta mayoría. Hablamos de personas diagnosticadas con TDAH, autistas, TOC, estrés postraumático, depresión, Trastorno Límite de la Personalidad, Trastorno de Identidad Disociativo, Trastorno Bipolar, etc.
Hay quienes argumentan que una enfermedad mental no es lo mismo que un neurotipo, pero la cuestión aquí es que todos estos cerebros funcionan de forma diferente, y todos estos grupos de personas necesitamos apoyos y adaptaciones/ajustes a nuestros entornos.
Al reconocer el valor de estas diferencias, la sociedad puede alejarse de un enfoque basado en el déficit y acercarse a otro que celebre las fortalezas y el potencial de todas las personas, independientemente de un neurotipo o enfermedad mental.
El capitalismo da prioridad a la reducción de costos frente a la accesibilidad y la inclusión. Por ejemplo, las empresas y los sistemas escolares optan por no invertir en ningún tipo de formación sobre este tema ni en proporcionar adaptaciones a quienes las necesitan, ya que los responsables de la toma de decisiones perciben estos gastos como una merma de sus beneficios o recursos. Spoiler: no es así.
La belleza de las adaptaciones o ajustes razonables es que facilitan el acceso para todes, independientemente de nuestro neurotipo. Un ejemplo: las personas que pueden caminar también pueden utilizar rampas. Las rampas son una adaptación, un ajuste basado en el diseño universal, lo que significa que todo el mundo puede utilizarlas.
El énfasis capitalista en la competencia y la productividad crea un entorno hostil para las personas neurodivergentes, que podemos ser consideradas "menos capaces" o "menos valiosas" para una empresa porque no trabajamos de la misma manera que la mayoría.
Tenemos distintos enfoques de los procesos, y algunos de nosotros necesitamos todo por escrito. A algunos nos cuesta hablar en público o incluso encender la cámara durante una reunión. Algunos no podemos trabajar 8 horas seguidas y necesitamos hacer varias pausas. Esto da lugar a discriminación y falta de adaptaciones no sólo durante el proceso de contratación, sino en todas las operaciones diarias.
No es que seamos intrínsecamente menos capaces, simplemente hacemos las cosas de maneras distintas.
El afán de lucro también puede contribuir a la falta de representación de las personas neurodivergentes en los medios de comunicación, ya que se considera que los actores y modelos discapacitados son menos monetizables. Esto perpetúa estereotipos nocivos y refuerza el capacitismo en la sociedad.
También es importante señalar que no importa cuántos actores neurodivergentes en papeles neurodivergentes haya en la televisión y el cine si no se redistribuyen los recursos en los sistemas educativos y de seguridad social. Ahí es donde se necesita una representación real.
La principal representación que vemos son genios hombres blancos heterosexuales como Sheldon de The Big Bang Theory, Sam de Atypical o Shaun de The Good Doctor. Sí, también hay algunas mujeres (Beth de The Queen's Gambit, Woo de Extraordinary Attorney Woo), pero reconozcámoslo, también son genios.
Algunas personas neurodivergentes no se consideran a sí mismas discapacitadas, algunas necesitarán una calculadora toda su vida, a muchas no les interesa en absoluto el ajedrez y algunas ni siquiera pueden acordarse de beber agua todos los días. Hay diversidad dentro de la diversidad.
La falta de interés en este tema por parte de las personas sin discapacidad provoca desinformación y miedo. Se trata de una conversación extremadamente difícil, y es más fácil caer en simplismos para explicar las cosas que realmente no entendemos.
Los estereotipos son perjudiciales, aunque sean bienintencionados. Como cuando la gente dice: "Todos los autistas son genios matemáticos a los que no les interesa el sexo" o "Las personas con TDAH son pésimas parejas sentimentales pero geniales produciendo música u otras formas de arte" o "Debes de ser de alto funcionamiento, deja de robar recursos a la gente que realmente los necesita".
En este sentido vale la pena aclarar algo: las etiquetas de funcionamiento son perjudiciales, ya que despojan a las personas neurodivergentes de su agencia. Si a alguien se le considera "de bajo funcionamiento", la gente y los sistemas legales asumen que no es capaz de tomar ninguna decisión sobre su vida. Si a alguien se le considera "de alto funcionamiento", los sistemas educativos y de salud le niegan el derecho a recibir atención y adaptaciones.
Además, estas etiquetas nunca expresarán en toda su extensión las necesidades de apoyo de una persona neurodivergente. Cada neurotipo (autista, TDAH, dislexia, TOC, etc.) se mueve en un espectro y las necesidades de apoyo cambian constantemente, incluso en el transcurso de un mismo día, para la misma persona.
Esto significa utilizar a las personas neurodivergentes para hacer que las personas no discapacitadas se sientan mejor consigo mismas, aunque no sea su intención. El p*rno de inspiración reduce la experiencia de vida de las personas discapacitadas al sufrimiento.
Piensa en todas las campañas de recaudación de fondos que incluyen fotos y vídeos de niños o adultos que no hablan, sin su consentimiento plenamente informado: "Juan consiguió tal y tal cosa A PESAR de tener autismo" y "Lia fue capaz de hacer esto y aquello A PESAR de tener TDAH".
-Por cierto, los padres no tienen derecho a beneficiarse de la imagen de sus hijos sin su consentimiento, aunque sea por "una buena causa". Pero esa es otra conversación sobre adultocentrismo, y la trataremos en un par de meses, no se la vayan a perder.-
Las personas no discapacitadas donan unos pesos y se sienten mejor consigo mismas, pero en realidad no empiezan a socializar con personas neurodivergentes o discapacitadas porque ese no es el objetivo del p*rno de inspiración.
Altruismo significa ayudar a la gente que lo necesita de la forma en que ELLOS nos lo piden. Caridad es ayudar de la manera que NOSOTROS pensamos que lo necesitan.
¿Te has reído o has despreciado a alguien que dice que no puede soportar ciertos sonidos, texturas, sabores, olores o luces? ¿Has invalidado la experiencia de alguien y le has dicho "no exageres, hay cosas peores en la vida"?
Quizá has llamado "mala persona" a alguien porque le cuesta socializar o parece no entender las reglas no escritas sobre las interacciones humanas que para ti son "obvias".
Puede que tus profesores pensaran que un compañero tuyo estaba siendo grosero o antagonista por hacer muchas preguntas sobre un tema que el resto de la clase parecía entender.
Sí, todes la hemos cagado en nuestra manera de ser al menos una vez en la vida. No nos revolquemos en la culpa. Mostremos compasión hacia las experiencias de la gente. Nunca se sabe cuándo alguien neurodivergente puede estar a tu lado, así que conviértete en una persona segura. El mundo necesita más de eso.
EN CONCLUSIÓN
Es una píldora difícil de tragar, pero nuestras intenciones, por muy puras que sean, nunca serán más importantes que el impacto de nuestras acciones. Sí, la mayoría de la gente no es consciente del capacitismo y no es culpa suya. Sin embargo, las consecuencias sistémicas de nuestras acciones colectivas -o de la falta de ellas- son innegables.
No tenemos una solución única para el capacitismo, nadie la tiene. La liberación colectiva exige que nos hagamos responsables. Exige que rechacemos el individualismo y la justicia punitiva. Requiere que elijamos la compasión -o la empatía- y la justicia restaurativa.
Como dijo alguien en Twitter: Quiero vivir en un mundo en el que las personas que se enteran del daño que hacen a los demás se preocupen más por ponerle fin que por demostrar que no lo están causando.
Necesitamos llorar juntes, pensar juntes, reír juntes y co-crear soluciones juntes, aunque no veamos el resultado final en nuestra vida. Mi esperanza está en la belleza de la neurodiversidad: tenemos un número infinito de mentes para descubrir cómo mejorar esta sociedad.
¿Quieres que tu equipo se sienta en confianza y con la seguridad de poder hablar de estos temas? Como parte de The Failure Program, tenemos una variedad de cursos en línea, talleres y eventos privados, además de una encuesta que diagnosticará cómo están gestionando la seguridad psicológica y el fracaso en tu empresa. Déjanos tus datos y empecemos a colaborar para que el fracaso trabaje para ti.
Editado por
Shanti Banus
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