Una buena gestión del tiempo en tu trabajo te permitirá tener más tiempo de ocio para dedicarte a ti y a tus seres queridos.
La primera vez que tuve que trabajar a distancia fue un desastre total y absoluto. Empezaba la mañana como de costumbre. Me duchaba, me vestía, encontraba un lugar para sentarme cómodamente y empezaba a trabajar como si estuviera en una oficina. Pero entonces, veía una mancha en la mesa, que (por supuesto) tenía que limpiar. Luego, el polvo. Y la ropa sucia. Y el almuerzo. La lista seguía creciendo hasta que me daba cuenta de que no había sido productiva en absoluto, sino que me había dedicado a las tareas de la casa. Es curioso porque ni siquiera me gusta hacerlo, pero la procrastinación se había apoderado de mí y acababa trasnochando para terminar lo que debería haber hecho durante el día.
Hoy en día hay un sinfín de guías y manuales que ayudan a los trabajadores remotos a organizarse mejor y de forma estructurada. Pero ¿Qué pasa con la salud mental? ¿Cuáles son algunos de los problemas más comunes que acaban estresando a la gente mientras trabaja de forma remota? ¿Cómo podemos superarlos para llevar una vida más tranquila?
Sí, puedes practicar diariamente técnicas de relajación muscular profunda o meditación y sentirte en paz durante unos 20 o 30 minutos. Pero si estás en una máquina caminadora el resto del día, es probable que acumules -y permanezcas bajo- el estrés, lo que puede conducir a la ansiedad crónica o a los ataques de pánico y, en última instancia, al burnout.
El Dr. Edmund J. Bourne se ha especializado durante dos décadas en el tratamiento de los trastornos de ansiedad y problemas relacionados. Su libro "The Anxiety & Phobia Workbook" es una guía práctica paso a paso sobre relajación, ejercicio, nutrición y muchos otros consejos efectivos. Basándose en su trabajo, he aquí algunos puntos que debes conocer y tener en cuenta para evitar el estrés y la ansiedad, tanto si trabajas de forma remota como si no.
El tiempo libre –o de inactividad– es exactamente lo que parece: un tiempo fuera del trabajo por otras responsabilidades para tener la oportunidad de descansar y reponer energías. Sin periodos de tiempo de inactividad, cualquier estrés que experimentes mientras te dedicas al trabajo o a otras responsabilidades tiende a acumularse. Es un efecto de bola de nieve. Dormir por la noche no cuenta realmente como tiempo libre. Éste necesita ser planificado durante el día, además de dormir.
En primer lugar, es importante superar la adicción al trabajo. La adicción al trabajo es un trastorno adictivo en el que el trabajo es lo único que te da una sensación de realización interior y de autoestima. Es una forma de vida desequilibrada que suele conducir primero al estrés crónico, luego al agotamiento y, finalmente, a una enfermedad grave.
Una vez que eres consciente de que la vida no gira en torno al trabajo, tienes que desarrollar habilidades de gestión del tiempo inteligentes para organizar tu día (y tu vida) de una mejor manera.
La gestión del tiempo describe el modo en que se organizan o reestructuran las actividades diarias a lo largo del tiempo. Una gestión del tiempo ineficaz puede provocar estrés, ansiedad, agotamiento y, finalmente, enfermedad. Desarrollar una buena gestión del tiempo puede requerir el abandono de algunos hábitos apreciados.
Puede resultarle útil dividir tus tareas y responsabilidades diarias en tres categorías: esenciales, importantes y menos importantes o triviales. Cuando te levantes por la mañana, intenta clasificar las tareas que tienes por delante como esenciales, importantes o menos importantes. Te aconsejo que pospongas todas las tareas de la columna menos importante para darte más tiempo libre en tu día.
Significa estar dispuesta/o a dejar que otra persona se encargue de una tarea o actividad que tiene menor prioridad o es una tarea importante que no tienes que hacer personalmente.
A menudo, delegar significa encargar a otra persona lo que tú mismo podrías hacer si tuvieras tiempo ilimitado, por ejemplo, la limpieza de la casa, el lavado del coche, la cocina, el cuidado de los niños, las reparaciones básicas, etc. Piensa en distribuir las tareas de forma equitativa entre los miembros de la familia. La clave de la delegación es la voluntad de confiar en las capacidades de los demás. Abandona la idea de que sólo tú puedes hacer un trabajo adecuado y disponte a confiar la responsabilidad de una tarea a otra persona.
Un problema común es subestimar la cantidad de tiempo necesaria para completar una tarea. Como regla general, ayuda a dejar un poco más de tiempo del que se espera para cada actividad del día. Dejar un poco más de tiempo tiene una enorme recompensa, ya que te permite avanzar en tu día a un ritmo más relajado y fácil.
El perfeccionismo puede mantenerte en la rueda del exceso de trabajo o de extra dedicación, hasta el punto de no dejar tiempo libre para tus propias necesidades. También implica aprender a reírse de vez en cuando en lugar de desesperarse por las limitaciones inherentes a la existencia humana.
La procrastinación es siempre contraproducente cuando te dejas poco tiempo. Aplazar lo inevitable te puede agobiar y estresar al final. Una de las razones para procrastinar puede ser que realmente no quieres hacer lo que sea que hay que hacer en primer lugar. La solución está en delegar o en priorizar. Si puedes delegar, hazlo. Si no puedes, haz primero la tarea indeseable.
Otra razón para procrastinar es el perfeccionismo. A veces posponemos la puesta en marcha porque tememos no poder hacerlo bien. La solución en este caso es lanzarse y empezar. Un principio importante que hay que recordar es que la motivación suele seguir al comportamiento. El mero hecho de empezar la tarea suele generar la motivación necesaria para seguir adelante y completarla.
Es posible que tengas dificultades para poner límites, incluso cuando sus exigencias o necesidades se convierten en algo más de lo que puedes manejar. Si tu trabajo es lo que eres, entonces te costará decir no a las demandas laborales para poder dedicar tiempo a tus necesidades personales.
✅ Recuerda: cuidar de ti misma/o no es egoísta. Puedes realmente ofrecer lo mejor de ti a los demás -o a tu trabajo- si estás cansada/o, estresada/o o exhausta/o (burned out)?
No esperes a que la enfermedad sea el catalizador que te haga bajar el ritmo. Presta atención a tu estado anímico y aprende a vivir de forma más sencilla y equilibrada.
A quién no le ha pasado...ese afán de querer hacer las cosas de manera perfecta nos paraliza, y terminamos pateándolas y procrastinando con otras tareas menos relevantes, y vemos cómo se nos van acumulando y llega la ansiedad...y luego el estrés, lo que puede conllevar al burnout.
Para evitar el burnout en el trabajo debemos dedicar más tiempo de ocio a nuestras vidas. Ten en mente que EL TRABAJO NO LO ES TODO, y que es un medio para poder disfrutar con quienes más quieres, comenzando con nosotros mismos.
Una buena gestión del tiempo en tu trabajo te permitirá tener más tiempo de ocio para dedicarte a ti y a tus seres queridos, lo que te ayudará a rendir cada vez mejor en tus labores. Es muy importante desarrollar una buena comunicación con tu equipo de trabajo, aprender a delegar tareas, pedir ayuda y notificar de manera oportuna cuando te encuentras en un cuello de botella que no te permite avanzar. ¿Cómo puedes comenzar a generar este ciclo constructivo? Puedes empezar por completar las tareas que tienes pendientes (y que probablemente llevas pateando hace un buen tiempo), sin importar si son perfectas...solo hazlas, y verás cómo tus niveles de ansiedad bajarán, te sentirás realizada/o y mucho más en paz.
Este artículo apareció originalmente en el blog de Get on Board
Editado por
Raquel Rojas
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