Read

Join Us!
Read
Get Fired

No hay conversaciones difíciles: Replanteando la importancia de abordar este tipo de charlas

Es hora de encontrar mejores maneras de referirse a este tipo de charlas y recordar por qué las "conversaciones difíciles" aún son importantes.

By:
July 2, 2024
No hay conversaciones difíciles

No hay conversaciones difíciles

Replanteando la importancia de abordar este tipo de charlas

Probablemente hayas escuchado la temida frase "Necesitamos hablar". Cuando esa persona se nos acerca y dice esas palabras, sentimos que el estómago se nos revuelve, imaginamos escenarios catastróficos y empezamos a sentir ansiedad por la conversación difícil que se avecina.

Reaccionamos de muchas maneras diferentes y con intensidades variadas. A veces nos ponemos a la defensiva, hacemos uno o dos chistes y evitamos o posponemos la conversación no deseada. Otras veces, tomamos la ofensiva, anticipamos lo que van a decir, alzamos la voz y preparamos nuestros argumentos para ganar y dominar la conversación.

En el ámbito profesional no es diferente. Cuando nuestro jefe nos dice que quiere vernos en su oficina, cuando se anuncia una sesión de retroalimentación o cuando el equipo de recursos humanos nos llama, sentimos la misma sensación de ansiedad.

Así como el fracaso es inevitable, estas conversaciones también pueden ser necesarias e incluso bastante útiles para obligarnos a crecer como personas y como profesionales.

Hoy profundizaremos en lo que implica tener conversaciones difíciles y cómo pueden ayudarnos a crecer.

¿Qué es una conversación difícil?

Generalmente, en las conversaciones que se consideran "difíciles", sucederán tres cosas:

  1. Habrá un choque de ideas
  2. Habrá emociones intensas
  3. Habrá consecuencias significativas

Estas conversaciones pueden surgir en el trabajo a partir de situaciones interpersonales, como una queja sobre la actitud de alguien, o una situación sensible como acoso o discriminación. También pueden deberse a situaciones normales del día a día, como una sesión de retroalimentación, un choque en los métodos de trabajo o un proceso de toma de decisiones.

Generalmente, estas charlas son inesperadas y a menudo nos toman por sorpresa. Generan miedo y se llaman “difíciles” porque implican emociones incómodas. Las consideramos arriesgadas debido a la posibilidad de ser malinterpretadas y que el conflicto escale.

Sin embargo, es importante hacernos una pregunta más: ¿Son realmente difíciles?

Posiblemente sí. No obstante, evaluar su dificultad asume que conocemos la naturaleza de estas conversaciones. Generalmente las vemos como un obstáculo, y nuestra disposición está sesgada antes de entrar en la conversación.

De difícil a crucial

En muchas fuentes, a menudo vemos que estas conversaciones se denominan difíciles. Sin embargo, es importante replantear el concepto y en su lugar llamarlas “conversaciones cruciales”. Aunque la dificultad de estas conversaciones es bastante subjetiva, siguen siendo importantes y decisivas para resolver conflictos o situaciones incómodas. Son parte del proceso, necesarias para avanzar.

Si resolver un conflicto no es suficiente beneficio para tener este tipo de conversaciones, vale la pena preguntarnos: ¿Por qué es importante tener estas conversaciones si son tan incómodas?

Joseph Grenny, coautor del libro "Conversaciones Cruciales", afirma que:

"Se puede medir la salud de una relación, un equipo, incluso de una organización completa midiendo el tiempo promedio que se tarda en identificar y llevar un problema a la mesa."

Hasta que no se aborde un conflicto, habrá expresiones silenciosas de inconformidad, como palabras violentas, tonos de voz agresivos y lenguaje no verbal, los ingredientes perfectos para el peligro psicológico y la aparición de otros conflictos y malentendidos.

Replantear estas charlas como "cruciales" enfatiza su importancia y puede hacernos sopesar el costo de permanecer en silencio frente a resolver el conflicto. Esta conciencia puede comenzar con una simple pregunta: ¿Qué conversación crucial estamos evitando?

Una cultura de apertura y honestidad

Como puedes imaginar, cada conversación crucial requiere un material esencial: la honestidad. Es un concepto ampliamente utilizado desde que comenzamos a comunicarnos en la infancia. Sin embargo, nunca se nos enseñó explícitamente que se necesita valor para ser honestos con los demás o con nosotros mismos.

Aunque la honestidad es un principio personal que aprendemos de nuestros antecedentes familiares e implica otras variables como la responsabilidad personal y la fiabilidad, en los grupos sociales (y profesionales), la honestidad también depende de la confianza mutua con terceros y de un entorno psicológicamente seguro para abrirnos a los demás.

A menudo decidimos no hablar con honestidad para evitar herir a otros, proteger nuestra imagen, prevenir que los demás cambien su percepción de nosotros y complacer a las personas en posiciones de poder; en resumen, para evitar emociones y consecuencias complejas.

La seguridad psicológica es esencial para que la honestidad fluya libremente. Este concepto nos ayuda a no tomar la retroalimentación de manera personal, a tener confianza en que nuestros errores no cambiarán la percepción que otros tienen de nosotros, y a desafiar el statu quo para mejorar sin consecuencias negativas.

Crear estos espacios seguros transformará la cultura laboral al permitir una comunicación abierta y honesta con cada miembro del equipo. La honestidad en el lugar de trabajo fomenta líderes más capaces que mantienen y permean la cultura organizacional. También hace a los empleados más felices porque pueden compartir sus ideas sin miedo. A su vez, recibirán retroalimentación que les permitirá mejorar su trabajo. La honestidad prioriza la toma de decisiones éticas en cualquier equipo.

A lo largo de los años, mientras organizamos eventos privados de Fuckup Nights para empresas, hemos notado los desafíos de establecer entornos abiertos y honestos para discusiones importantes. Esto a menudo lleva a oportunidades perdidas para abordar problemas potenciales antes de que se conviertan en grandes fracasos.

Nuestro enfoque se centra en presentar errores y lecciones valiosas de maneras atractivas e inspiradoras. Esto permite que los equipos vean las discusiones importantes como conflictos constructivos que buscan racionalizar y abordar, en lugar de suprimir, las emociones involucradas para evitar que escalen a una confrontación o conflicto divisivo. Aprende más sobre nuestros eventos y productos para empresas aquí.

Las conversaciones cruciales abren un espacio honesto, apropiado y seguro para hacer sugerencias y mejoras. Naturalmente, aumenta la autopercepción del equipo como uno lo suficientemente seguro como para ser transparente.

Tener conversaciones cruciales es un ejercicio de empatía; un ejercicio de gestión de emociones y de la vulnerabilidad para asimilar nuevos puntos de vista y mejorar nuestras habilidades.

Editado por

No hay conversaciones difíciles: Replanteando la importancia de abordar este tipo de charlas
Ricardo Guerrero
Media Editor & Newsletter Coordinator
Content & typos creator. He probably posted this blog by himself, and thinks it’s awkward to write his own bio. Fuckuppin’s mom.
funfunfunfun

Comments

Related COntent
¡Lleva Fuckup Nights a tu organización!
¡Lleva Fuckup Nights a tu organización!

Transformemos nuestra percepción del fracaso y utilicémoslo como catalizador del crecimiento.